viernes, 28 de febrero de 2020

Ensayo: Una habitación propia de Virginia Woolf (1929)

La autora.-
Virginia Woolf necesita poca presentación. Es una autora clásica del siglo XX, exponente del modernismo anglosajón y del feminismo internacional. Recibió una excelente educación aunque nunca asistiera a la universidad y es que el hogar de sus padres era destino de los intelectuales y artistas más selectos de la época. Más tarde su propio hogar también continuó esta tradición. Otras obras suyas: Orlando, La señora Dalloway, Al faro. 

Mi opinión.-
Creo que este libro fue el primer ensayo sobre feminismo que leí en mi vida. Lo compré en la añorada Librería de mujeres de la calle San Juan de la Cruz, en Zaragoza. Una librería que me abrió todo un mundo sobre la literatura escrita por mujeres; literatura de gran calidad.


Ahora he podido comparar cómo mis sensaciones de lectura han cambiado en estos años. En su momento, no pude percibir, o no recuerdo que lo hiciera, la fina ironía y el fino sentido del humor que impregna todo el discurso de la autora; pero sí que fui muy consciente de cómo la autora se subestimaba a sí misma y no consideraba que tuviera suficientes capacidades para abordar la cuestión de las mujeres y la literatura. Algo que en un hombre sería impensable.

El grupo de Bloomsbury
La autora, siguiendo la tradición de los paseantes que piensan mientras van caminando, siempre se encuentra con un pájaro de mal agüero. En este caso, un hombre con ropajes negros que le recurso su condición de impostora, de mujer que no puede acceder al templo del saber de la universidad, ni siquiera a sus jardines. Porque lo primero que hay que criticar es el desigual acceso de mujeres y hombres a la educación; lo que genera desigualdad de acceso al mercado laboral y discriminación vital. Por ahí hay que empezar.


Otra cosa que resalta Virginia Woolf es que las mujeres han sido objeto de estudio desde el principio de la humanidad y que los sujetos de estudio eran señoros con bigote. Así, el investigador es hombre y el patrón de conducta normal está conformado por la conducta de un hombre, de ahí que las mujeres y sus conductas se consideren como algo que se sale de la norma. Por esto, la incidencia de la histeria era mucho mayor en las mujeres que en los hombres y hoy, aunque parezca que hemos avanzado, esto se sigue reproduciendo. Es cierto que ya no somos consideradas sistemáticamente como histéricas pero también es cierto que seguimos siendo las sindromizadas, las que sufren todos los síndromes del mundo.


Así que los hombres se dedican a estudiar a las mujeres y ponen sus conclusiones en sus libros. Pero estas conclusiones, para la autora, están teñidas de emoción y de los miedos de los propios hombres; yo añadiría también de sus prejuicios contra las mujeres. Mucho camino tenemos que andar para conseguir la igualdad plena.


En definitiva, nos encontramos con que los hombres estudian, analizan y juzgan constantemente a las mujeres, especialmente cuando éstas se atreven a cuestionar el orden establecido por ellos. Además se permiten el lujo de describir cómo deben de ser las mujeres y así nos encontramos con dos imágenes antagónicas: la imagen descrita por los hombres en la literatura y las diversas imágenes de mujeres reales.


Virginia Woolf pensaba que el impulso de la autoexpresión de las mujeres se agotaría y entonces empezarían a relatar el mundo de los hombres. Hoy parece que esto todavía no ha pasado y para ello sólo hace falta leer el libro de Deborah Levy, Cosas que no quiero saber, en el que reconoce que ella todavía tiene esa necesidad. Volver a leer a los clásicos y a las clásicas siempre es una buena opción. Una lectura muy recomendable. Además, Virginia Woolf también escribió otra obra menos conocida, Las mujeres y la literatura, en la que analiza exhaustivamente la capacidad de creación intelectual de las mujeres y también las obras de algunas de las escritoras anglosajonas más importantes.



Una habitación propia
Virginia Woolf
Traducción: Laura Pujol

Ed. Austral

miércoles, 26 de febrero de 2020

Novela: Ojos azules de Toni Morrison (1970)

La autora.-
Fue escritora y también activista por los derechos civiles y especialmente dedicada a la igualdad entre mujeres y hombres. Se graduó en filología inglesa y ejerció como profesora en varias universidades y también trabajó como editora. Lamentablemente murió en 2019. Ha recibido premios literarios muy prestigiosos, como el Pulitzer y el Nobel. Otras obras suyas: Sula, Una bendición, Paraíso, Beloved y la última La noche de los niños.



Mi opinión.-
Ojos azules es la primera novela escrita por Toni Morrison y como ella misma reconoce la escribió porque quería leer una novela como esa. No encontraba en la literatura estadounidense una novela en la que la protagonista fuera una niña negra, pobre y fea, considerada por todos como el chivo expiatorio en el que depositar todos los miedos y frustraciones de una comunidad. Así, los desgraciados se sienten menos desgraciados porque existe una niña señalada por la máxima desgracia, porque la desgracia se concentra en una niña inocente y así se restablece el orden cósmico.

Las caléndulas no florecieron aquel año
Esta novela habla de la autoaversión. De cómo se educa a las personas en el autodesprecio, en este caso, el autodesprecio por ser negros. Cómo las niñas, en su paso hacia la adolescencia, tienen de referente a Shirley Temple y otras actrices de la época, rubias de incandescentes tirabuzones y ojos inmensamente azules. Esa falta de referentes de belleza negra queda en esas mujeres como una marca indeleble para toda la vida.


Así, cualquier mujer negra deseará tener una piel blanca y ser guapa a la manera blanca. Y la fealdad será tratada como un pecado original, como una maldición, como el destino del que no es posible escapar. La acción transcurre en Lorain, Ohio, en la misma ciudad donde nació la autora, aunque ella misma se ha encargado de desmentir que la novela fuese autobiográfica.


Aparentemente, la protagonista de la novela es Pecola, pero hasta casi el final del libro ella ni siquiera tiene voz. Distintos personajes que la rodean nos cuentan su historia, con más o menos simpatía hacia ella, aprovechando así para exponer la biografía de cada uno de ellos. Resulta ser una novela coral que gira en torno a este desgraciado personaje.

Los caramelos que comían las niñas ricas
Quedan claras algunas referencias al catolicismo, religión que profesaba la autora. Para mí son especialmente patentes la idea de chivo expiatorio y la de pecado original que planeas sobre toda la trama. Pero también hay claras referencias al sistema de clases establecido por los propios negros dentro de su comunidad. Un sistema de clases que también está ligado a los distintos tonos de piel morena: cuanto más clara es la piel morena más posibilidades tiene una persona de prosperar.

Los adultos utilizan las ramas de las forsitias para pegar a las niñas

He leído también recientemente, Corazón que ríe, corazón que llora, de Maryse Condé que, aunque no es una novela, sí que mantiene referencias comunes con el libro de Toni Morrison. Y precisamente, una de esas referencias comunes en los dos libros es el concepto de belleza blanca, manifestado en el deseo de tener los ojos azules. Cualquier libro de Toni Morrison es muy recomendable.





Ojos Azules
Toni Morrison

Trad. Jordi Gubern

Ed. DEBOLS!LLO


lunes, 24 de febrero de 2020

Novela: El ángel del olvido de Maja Haderlap (2011)

La autora.-
Maja Haderlap, hasta ahora, escribía poesía en esloveno y ficción en alemán; es una narradora de nacionalidad austríaca. Ha sido profesora de universidad, ensayista y también ha destacado por su poesía. El ángel del olvido es su primera novela y con ella ha ganado el Premio Ingeborg Bachmann. 

Mi opinión.-
Haderlap nació en el bundesland de Carintia y pertenece a la minoría eslovena. Aunque en 1920, se convocó un referéndum y los eslovenos de Austria prefirieron seguir siendo austríacos, en realidad, no fueron reconocidos como minoría hasta después de la II Guerra Mundial y hasta entonces, hasta 1955, no vieron reconocidos sus derechos. Incluso la implementación del bilingüismo en la zona fue ampliamente contestada por los germanoparlantes. En esta región se vivió el horror del nazismo y fue objeto de represión entonces y durante la posguerra, puesto que la minoría eslovena de Austria se consideraba procomunista. Además, con la desintegración de Yugoslavia y la consolidación de la vecina República de Eslovenia y su adhesión a la Unión Europea en 2004, ha resurgido una conciencia identitaria eslovena que trascendería las actuales fronteras y buscaría la unificación. Digo esto porque no es sólo en España donde existen disputas identitarias. Aunque, en realidad, en Cataluña se camufle la codicia de una burguesía suprematista como una mera disputa identitaria de origen popular.

La cocina

Como ya he dicho, durante la II Guerra Mundial, Austria fue invadida por Alemania y se mostró muy satisfecha de ello. Mantuvo una gran inclinación hacia la ideología y los propósitos nazis, aunque hayan querido ocultarlo o disimularlo. La autora lo dice claramente en este libro

Austria, además, nada tenía que ver con los nazis, Austria también había sido víctima, no entendió lo que ocurría, no había estado allí, ni siquiera existía en esos tiempos difíciles. Nadie en aquel país tan hábil en las artes de la simulación dio la bienvenida a los nazis, nadie añoró el Gran Reich Alemán, nadie se convirtió en culpable, nadie participó en la solución final, sólo participaron un poquito, dispararon un poquito, mataron un poquito, gasearon un poquito, pero eso no cuenta, nada cuenta. (pgs. 243-244).

Virgen de Brezje. Los eslovenos son mayoritariamente católicos
Este libro habla de las heridas abiertas, de las cuentas pendientes, de la memoria de las víctimas y de cómo esta memoria pasa a las generaciones que no la han vivido directamente. Cuenta las historias, las pequeñas historias de la gente corriente viviendo en regímenes injustos y sufriendo la injusticia. A veces por pertenecer a una etnia distinta, otras veces por estar en el lado de la frontera equivocado. Se convierten en personas dañadas que involuntariamente trasmiten su dolor a otras. Es la historia de familias que se ven atravesadas por la guerra y después por la posguerra, con heridas emocionales colectivas que se superponen a las heridas emocionales individuales. Y también es la historia de los que han heredado esa carga de dolor y quieren sobreponerse, y que, a pesar de los esfuerzos, no lo consiguen hasta que vuelven a sus raíces, a donde empezó todo, para ajustar cuentas.

Viena

Es un libro muy emotivo. Especialmente, la primera parte, donde la niña va descubriendo la vida de la mano de su abuela; con sus ojos de niña inteligente ya es capaz de percibir la hostilidad entre sus padres y la culpabilidad por pertenecer a una minoría, antes masacrada por los nazis y ahora considerada sospechosa de confraternizar con el nuevo enemigo, los comunistas. A medida que la niña crece, aunque la transición desde la voz infantil a la voz adulta se haga con mucha delicadeza, la narración se va haciendo más confusa y más amarga. Hasta que en las últimas páginas describe sus sueños angustiosos y los paisajes de la infancia como asfixiantes, tan asfixiantes como volver a su casa y a su familia.

Los partisanos eslovenos tuvieron que esconderse de los nazis
Me ha extrañado que hasta la mitad del libro, la protagonista apenas nombre a su madre y la relación que tiene con ella y que cuando lo hace termina en unas pocas páginas. La madre ha sufrido también el aislamiento dentro de su propia familia política y no sabemos muy bien porqué. Sin embargo, la relación de la niña con su abuela domina toda su infancia. Es bastante injusto porque la madre fue la que insistió en que la niña saliese de su aldea a estudiar hasta seguir una licenciatura en la universidad de Viena, momento en que la abuela rompió toda la relación con ella. La relación con el padre resulta muy problemática. Es un hombre borracho que se muestra violento con la madre a la que nadie defiende. En este sentido me recuerda mucho a la protagonista de El corzo: una niña que tiene que hacerse adulta antes de tiempo y termina siendo la madre de su débil padre. Estoy descubriendo que la literatura centroeuropea es muy rica y muy recomendable.  





El ángel del olvido
Maja Haderlap

Ed. Periférica

jueves, 20 de febrero de 2020

Exposiciones en la Biblioteca Nacional. Invierno 2020 (Madrid)

Este invierno hay tres exposiciones muy interesantes en la Biblioteca Nacional. Empezaré por la de Benito Pérez Galdós. La verdad humana, ya que se ha declarado el año 2020 como Año Galdosiano, aprovechando el centenario de su muerte. Dice el catálogo, magníficamente editado, que Galdós intentó superar las dualidades que regían la vida humana desde el Renacimiento: razón y corazón, sentimiento y emociones, para crear una nueva realidad para un mundo y una sociedad, la española, embarcada en una comprometida transformación.

Retrato de 1860
Recientemente, también he leído una entrevista a Almudena Grandes, resaltando la figura de este escritor que, a temporadas, no ha sido muy bien considerado. A mí, su novela Fortunatay Jacinta, me parece la mejor novela occidental del siglo XIX, aunque algunos consideren que Galdós era un antifeminista. Los personajes son de carne y hueso, sufren la irrupción en sus vidas de un hombre-niño y mantienen una cierta sororidad entre ellas. Además, fue un analista político muy lúcido y fue el primer en sostener que las Guerras Carlistas, desarrolladas y potenciadas por el País Vasco y Cataluña principalmente, tuvieron y tienen una gran trascendencia política.

El manuscrito original de Trafalgar y su estuche


A estas alturas del siglo XXI, nadie cree que los nacionalismos periféricos vengan a traer algo de modernidad. Son intereses, muy bien camuflados, de burgueses que quieren más y con su codicia intentan seguir retrasando el desarrollo de las demás comunidades autónomas para no perder su ventaja comparativa. No hay que olvidar que la industrialización de uno y otra es el origen de la España vaciada.

Ilustraciones para los Episodios Nacionales

En las distintas salas se exponen fotografías, documentos, incluso una factura de un hotel en Wiesbaden (Galdós fue un gran cosmopolita); manuscritos de sus célebres Episodios Nacionales, la historia de España novelada como no se ha hecho en ningún otro país de Europa. Republicano liberal, heterodoxo que sabía resaltar como nadie la influencia del catolicismo más rancio y más intolerante y que fue muy criticado por ello. Pintor, fotógrafo y periodista, parece que nada se escapaba a su curiosidad. Político, se exhibe también en la exposición la Certificación expedida por los secretarios del Congreso de la promesa de su cargo como Diputado elegido por Madrid. Una exposición muy recomendable.

Un dibujo de Zaragoza, con el Pilar sin torres.

Su paraíso

La siguiente exposición está dedicada a Valentín Carderera. Fue un viajero, ilustrador y pintor de cámara de la reina Isabel II que había nacido en Huesca. También trabajó como delineador del ejército y, por eso, se exhibe un pasaporte que el mismo General Palafox le expidió para que viajara por el Pirineo. En este pasaporte constan los Auxilios a los que tenía derecho: dos raciones de pan, dos raciones de cebada, dos raciones de paja, supongo que estas dos últimas serían para su caballo. En el encabezamiento figuran todos los apellidos y cargos de Palafox, nada menos que once líneas y de los trece apellidos que constan, ¡ohhhhhhhh!, compartimos uno.



También dejó constancia de la ruina de algunos monumentos. Y protestó vivamente por ello en varios artículos de prensa: ¡Así convertimos el oro en polvo! ¿Por qué la nación ha de renunciar a estas preciosidades que con el tiempo nos pueden atraer tesoros? ¿No vemos que todas estas obras son también trofeos y muy grandes testimonios del genio español? Lo dejó escrito en 1840. Carderera y el genio romántico.

La reina de Aragón doña Sancha de Castilla, fundadora del Monasterio de Sigena

Religiosa clarisa de Calatayud
Hay otras dos exposiciones relacionadas con la política. Los dibujos originales de Forges sobre la Constitución de 1978, publicados por El País y la otra dedicada a El exilio republicano. 80 años después.


La exposición sobre El exilio republicano también parte de una conmemoración. Ya hace 80 años que la caída de Barcelona, en enero de 1939, precipitó la retirada del gobierno republicano. Era invierno y la gente estaba agotada por el hambre, el sufrimiento y la desesperanza. Trataban de cruzar la frontera francesa, aunque allí les esperaba un campo de internamiento en condiciones penosas y un largo exilio. Mi familia estuvo allí.


Hay muchos documentos, cartas en las que solicitaban auxilio, pasaportes para poder circular por Francia. Las vidas se quedaban desgajadas y nunca se podrían retomar en el punto en que se encontraron en Perthus. Algunos libros que se publicaron poco después y el testimonio de Federica Montseny: Arrojados de nuestros hogares, arrojados de nuestro país, arrancados a nuestra tierra, jamás volverá a existir hogar, patria ni reposo para nosotros. Lo escribió en 1949, diez años después. 


lunes, 17 de febrero de 2020

Novela: Una bendición de Toni Morrison (2008)


La autora.-
Es escritora y activista por los derechos civiles y especialmente dedicada a la igualdad entre mujeres y hombres. Se graduó en filología inglesa y ejerció como profesora en varias universidades y también ha trabajado como editora. Ha recibido premios literarios muy prestigiosos, como el Pulitzer y el Nobel. Otras obras suyas: Sula, Paraíso, Beloved y la última La noche de los niños

Mi opinión.-
Tenía muchas ganas de leer a Toni Morrison y nunca tenía ocasión. Ahora pienso que será una de mis lecturas recurrentes y ya estoy pensando en cuál de sus obras será la próxima. Ha sido un verdadero placer, aunque la novela, a pesar de sus escasas 190 páginas requiere mucha atención.

En esta novela Morrison expone los temas que más le preocupan, la esclavitud y las mujeres, aunque es también una reflexión sobre la paternidad y la maternidad, sobre el deseo y la necesidad del ser humano de verse perpetuado en alguien de su sangre. Sitúa la acción está vez a finales del siglo XVII y la voz de una de las protagonistas, Florens, se entremezcla con la de un narrador en tercera persona que expone la vida de los otros, para terminar con la bendición de la madre que da título al libro y que no sabemos si Florens ha recibido.


Cada uno de los personajes es una pieza de la situación vivida en una colonia británica en América. Jakob es el amo que, al principio, desprecia a los burgueses y al final de su vida intenta convertirse en uno de ellos. A su lado, Rebekka, la joven comprada para esposa y marcada por las tempranas y sucesivas muertes de sus hijos. Lina es una nativa superviviente, también aislada de su familia y esclavizada, que tiene que rehacerse a sí misma y que guarda en sí la sabiduría de su pueblo. Dolor es una niña que desde la infancia se ha refugiado en su locura; y Willard y Scully dos siervos blancos que pagan con trabajo sus deudas adquiridas y heredadas. Y Florens la esclava negra con pies de princesa, entregada por su madre a Jakob cuando era apenas una niña.

El viaje de Florens no es sólo físico
Todos ellos comparten existencia en una granja. Se crean relaciones de dependencia entre ellos que superan las propias de la relación esclavo-amo. Aunque no son una familia ni viven en un hogar, se necesitan puesto que aislados no podrían sobrevivir en una naturaleza abrumadoramente fértil, que da cobijo a un mundo tremendamente hostil. Un mundo que legará a la posteridad sus contradicciones, en el que todavía no existe la segregación por ley, pero sí la esclavitud.

Al principio, una cabaña en el bosque

No me atrevería a decir que las relaciones establecidas entre las cuatro mujeres sean relaciones de solidaridad. Si no que, de manera intuitiva, entienden que solas estarían peor. También, durante toda la narración tiene mucho peso la religión aunque dominada por el fanatismo y por el enfrentamiento entre las distintas confesiones, todas ellas radicalizadas. Los amos católicos portugueses que todavía no se dan cuenta de que han entrado en franca decadencia; los puritanos anabaptistas o sus rivales luteranos. Ninguno de ellos exhibe ninguna compasión por el ser humano debilitado por la adversidad o la miseria.

El señor d'Ortega podría ser así

Me ha gustado mucho la novela, tanto por el tema tratado como por la delicadeza y poesía, a pesar de la brutalidad que aborda. Incluir diferentes voces narrativas que hablan sobre las mismas situaciones enriquece la trama. Alternar, también, el pasado y el presente da dinamismo al texto y además reafirma la sospecha de que hay cosas que nunca cambian. Lo que más difícil me ha resultado ha sido evocar la época, ya que estamos acostumbrados a visualizar la esclavitud y el comercio de esclavos como un hecho del siglo XIX. Por esto la descripción de la pareja de portugueses con sus pelucas blancas y sus caras empolvadas, resultaba todavía más ridícula e inadecuada para un mundo nuevo que se pretendía crear sin las falsedades de la vieja Europa.




Una bendición
Toni Morrison

Ed. Lumen

jueves, 13 de febrero de 2020

Cine: 1917 de Sam Mendes (2020)

Reconozco que con esta película me ha pasado lo mismo que con La la land. Es un bonito envoltorio, muy solvente y técnicamente muy bien resuelto pero que me dice muy poco. Tiene muy poco contenido y el poco contenido que tiene es sensiblero, ñoño, de frases grandilocuentes y emocionalmente manipulador.


Técnicamente, lo que más destaca es el montaje realizado como un falso plano secuencia. Un plano secuencia que recorre el frente, las trincheras, el barro, las ratas, los muertos, la tierra de nadie y nuevamente las trincheras, esta vez del enemigo,  mostrando el punto de vista de los dos personajes principales, aunque uno de ellos, a mi juicio, desaparezca demasiado pronto. Así la cámara sigue a los dos soldados en el cumplimiento de una difícil misión, en el transcurso de apenas un día. No son soldados especialmente heroicos, ni tienen una gran formación militar ni intelectual. Son dos chicos ingleses de pueblo que han sido arrastrados a la guerra. No esperan grandes cosas, sólo quieren cumplir con su deber, comer y beber, y que la guerra termine cuanto antes.


Evidentemente, sus caracteres son diferentes aunque estén tratados con muy poca profundidad y un alto grado de planicie emocional. Uno de ellos es más expansivo, más sencillo, más glotón y más confiado; lo que le costará la vida. El otro es más introvertido y desconfiado aunque también puede mostrar una gran capacidad de compasión. En realidad, tampoco llegamos a conocerle nunca.


Desde mi punto de vista, la confrontación entre estos dos protagonistas, poniendo de manifiesto dos maneras de entender la guerra y de reaccionar ante ella, habría podido dar lugar a un cierto conflicto ético o social o únicamente abrir una brecha en la amistad de los dos jóvenes. Pero la muerte de uno de ellos, lo impide demasiado pronto. Si la intención del director era contar la microhistoria de la I Guerra Mundial, no lo consigue y se evidencia un claro desequilibrio entre la historia, excesivamente simple, y la realización técnica de la película.


Otra cosa que no me ha gustado de esta película es que resulta engañosa. Anuncia un elenco extraordinario, con algunos de los mejores actores del momento y luego los desperdicia en escenas de apenas 30 segundos y que podían ser totalmente prescindibles para el desarrollo de la trama y el desenlace.


Por otra parte, es lógico que el protagonista no se encuentre con el enemigo puesto que, se supone, que éste se ha retirado. Sin embargo, aparecen algunos soldados alemanes que, en primer lugar, ni tienen rostro ni individualidad de ningún tipo y, en segundo lugar, siempre resultan ser traicioneros, aviesos y desleales. Demasiado maniqueísmo que vuelve a enterrarnos en el fango de la sensiblería. A mí me ha decepcionado.


Director: Sam Mendes
Guion: Sam Mendes, Kristy Wilson-Cairns
Música: Thomas Newman
Fotografía: Roger Deakins
Intérpretes: George MacKay, Dean-Charles Chapman

lunes, 10 de febrero de 2020

Exposición de Pintura: De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la Colección Gestenmeier. Museo Goya.

Hans Rudolf Gestenmaier se instaló en España en 1962 y, considerando, que el coleccionismo es algo innato en el ser humano, como él mismo dice, empezó a dar rienda suelta a su instinto basándose, únicamente, en la belleza. En lo que él consideraba bello. Así, a través de su participación en subastas, ha creado una colección que destaca especialmente en pintura flamenca, desde el siglo XV al XVIII. Una vez retirado de sus negocios ha seguido acrecentando su colección y también ha decidido compartirla y exponerla en diversos museos del mundo, especialmente, en provincias españolas.


Parte de esta colección, De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la Colección Gestenmaier, se puede ver en el Museo Goya de Zaragoza hasta el 16 de febrero. Quedan ya pocos días para que acabe. Además, hasta el 12 de enero se pudo contemplar en el Museo del Prado, la donación de once obras que el señor Gestenmaier ha hecho, de pinturas de los siglos XIX y XX. Obras de Zuloaga o Anglada-Camarasa. No creo que se produzca una nueva donación a favor del Museo Goya de Zaragoza, pero podía considerarse la posibilidad de dejar alguna de estas obras en depósito.


Tríptico de la Resurección. Anónimo hispano-flamenco

Son principalmente pinturas al óleo y también algunos grabados. Las pinturas destacan por la viveza de sus colores que se trasmite a cualquiera de las temáticas utilizadas por los pintores. Ya sea pintura religiosa, mitológica retrato o paisaje, aunque especialmente estos brillantes colores se aprecian mejor en los bodegones y los cuadros de flores.  



Calvario. Adriaen Thomasz Key


Los cuadros de flores fueron muy populares a partir del siglo XVI, debido a la importación de plantas y, también, de animales exóticos de Asia y principalmente América. A mí nunca me habían gustado este tipo de cuadros, pero cada vez los aprecio más. Además, se combinaba la profusión de flores en guirnaldas con escenas religiosas y solemnes, recreando el misterio del paraíso o del jardín del Edén.

Guirnalda y Virgen con niño. Jan Brueghel el joven. 


Los pintores flamencos también fueron muy prolíficos en cuanto al grabado. Y es que, éste ofrecía la posibilidad de democratizar el noble arte del retrato y ponerlo a disposición de grupos sociales no tan económicamente solventes como la alta burguesía, la nobleza o la realeza. Exposición muy recomendable y quedan muy pocos días para verla. 


Jarrón de flores y guirnalda de frutas. Gaspar Pedro Verbruggen II





Venus, Baco y Ceres. Hendrick Goltzius



Naturaleza muerta. Detalles. Jan Van Kessel el viejo 



Mi cuadro favorito de esta exposición. Jarrón de jardín con flores de 
Gaspar Pedro Verbruggen II.