El autor.-
Mi opinión.-
Un cuento sencillo y divertido y que pone de manifiesto
algunos de los tics de los ingleses. La picaresca, el esperpento, el sarcasmo y
el abuso. El protagonista es un anticuario, Cyril Boggis, un listillo que
recorre la campiña inglesa buscando gangas y al que, al final, le sale el tiro por
la culata. Y es que, después de inventarse una Sociedad para la Conservación de Muebles Raros y vestirse de
clérigo para inspirar confianza, el final no podía dejar de ser un disparate.
Lleva años abusando de los incautos lugareños que le venden por cuatro
perrillas o cuatro peniques lo que él después revende en Londres a buenas
libras, hasta que los últimos incautos que encuentra se comportan como mucho
más palurdos de lo que parecían. Muy british, ¿no?
Imaginas al pobre Boggis cuando vuelve a la casa de los catetos en busca
de su ganga y se encuentra con aquello, right
under his nose, y los lugareños riéndose y sacando la lengua a través de
los huecos de los dientes que les faltan. ¡Pobre Boggis! Él que se creía tan
listo y elegante by heavens!. He
leído el cuento en su inglés original y con audio y es una delicia. Además de
enterarme que pícaro en inglés se dice mischievous,
también me he quedado con un montoncillo de vocabulario sobre muebles que, enseguida, olvidaré lamentablemente.
La historia está relacionada con una cómoda Chippendale de
caoba (mahogany en inglés; suena bonito);
es la cuarta que fabricó el ebanista del mismo nombre, pero Boggis pretendía
rebautizarla como la Cómoda Boggis, of
course. Chippendale en el siglo XVIII creó un estilo inspirado en el
rococó. Sus muebles tenían patas curvas o acanaladas y también utilizó
profusamente las rejillas.
Ha habido adaptaciones de televisión de este cuento en 1965
y en 1980. Esta última interpretada por John Gielgud. Divertido y excéntrico.
Parson's Pleasure
Roald Dahl
Pons Idiomas
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