miércoles, 16 de noviembre de 2022

Novela: La vida perra de Juanita Narboni de Ángel Vázquez (1976)

El autor.-
Ángel Vázquez fue un escritor y periodista nacido en Tánger en 1929. Fue Premio Planeta en 1962 por su novela Se enciende y se apaga una luz pero, a pesar de ello, siempre se le consideró un escritor maldito. Constantemente insatisfecho con su trabajo quemó las últimas novelas en las que estaba trabajando antes de morir. Otras obras suyas: Fiesta para una mujer sola, El hombre que se enamoró de Bette Davis, Las viejas películas traen mala pata. 

Mi opinión.-
Dos personajes principales hay en esta novela: Juanita Narboni y la ciudad de Tánger, la perra de Tánger. Tan entrelazadas están que, de alguna manera, no se entienden la una sin la otra aunque puedan parecer muy diferentes.

Esta novela es considerada como una obra maestra y estoy totalmente de acuerdo. Aunque también hay que decir que no es nada fácil de leer. Exige mucha concentración por parte del lector y no todo el mundo está dispuesto, actualmente, a dedicar tanto tiempo a una lectura. Otro obstáculo también, aunque es un obstáculo profundamente enriquecedor, es el constante recurso por parte de la protagonista a salmodiar en jaquetía. Una lengua fronteriza, mezcla de castellano, ladino y árabe, con modismos que no se repiten en ningún otro lugar. Quizá sea por todo eso no sea una obra muy conocida o quizá no lo sea por la escasa producción literaria de un autor, considerado en seguida maldito. De cualquier manera, no hay que dejarla pasar.

Se trata de un profundo monólogo interior, una melopea verborreica casi paranoica, de Juanita que abarca décadas de su vida accidentada vida y, por lo tanto, también de esa ciudad mítica que, al final de la novela, ya no existe. Desde la I Guerra Mundial hasta los primeros años 1970, Juanita ve desaparecer el mundo al que pertenecía y no puede hacer nada para evitarlo. No sé si puede decirse que Juanita perteneciera al mundo cosmopolita de una ciudad abierta al mundo, mejor dicho, abierta a determinadas clases sociales del mundo occidental.

Tánger, la ciudad internacional con su mosaico de culturas, lenguas, nacionalidades y religiones era sólo una apariencia de convivencia. Sí, todos se mezclaban en las fiestas y en las celebraciones pero, al final, cada uno regresaba a su comunidad, a su etnia, a su religión y a su clase social. A  pesar de la diversión intercultural, nunca se celebraban matrimonios mixtos y la amistad generalmente tampoco sobrevivía a la edad adulta. Aun así, Juanita trataba de pertenecer a ese ambiente sin conseguirlo. Al final se queda como la última representante de ese tiempo, aquélla que se queda a recoger los despojos de la fiesta y a cerrar puertas y ventanas.

Se queda sola porque sola ha estado toda su vida y no sólo debido a su familia, a su madre omnipresente y represora o a su padre, definido por ella misma como libidinoso, o a su hermana también ligera de cascos. Se queda sola porque vive en su interior una gran represión sexual. No sé cómo podría definirse su trastorno ni qué origen tendrá. Algunos críticos asimilan su situación con la del propio autor. Un hombre homosexual que trataba de esconder su condición pero que sucumbía en los ambientes más sórdidos a sus pulsiones.

Juanita es atrozmente cruel consigo misma y con los demás. Es implacable y dogmática. No perdona a quienes se salen de lo socialmente correcto y por ello trata de putas a sus amigas y a su hermana y tiene constantes brotes de histeria. Al final, como ya he dicho es la última en salir. Todos los demás han sido capaces de crear su propia vida fuera de Tánger, si antes no les ha pillado la muerte. A Juanita, como último recurso, sólo le quedan las visitas al cementerio donde sigue conversando con su madre y poniendo a parir a todos cuantos recuerda. Triste destino de neurótica.

Existen dos adaptaciones a cine de esta novela. La primera de 1981, con Esperanza Roy como protagonista, titulada solo Vida perra y que no he visto y tengo que intentan conseguir; y la segunda, del año 2005, dirigida por Farida Benlyazid y protagonizada por Mariola Fuentes. Esta última sí que la he visto y también la recomiendo. Consigue captar todo ese ambiente de decadencia absoluta en el que Juanita se ve inmersa. Muy recomendables tanto la novela como la película.



Ángel Vázquez
La vida perra de Juanita Narboni
Edición de Virginia Trueba
Cátedra

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