lunes, 19 de noviembre de 2018

Memorias: Una educación de Tara Westover (2018)


La autora.-
Estudió historia y ciencia política, doctorándose por Cambridge en 2014. Comenzó sus estudios en la Brigham Young University en Utah, una universidad privada y financiada por la Iglesia de Cristo de los santos de los últimos días, conocidos como mormones. No asistió a ningún colegio o instituto durante su infancia y adolescencia. Una Educación es su primer libro. 

Mi opinión.-
Tengo mucha prevención hacia los best-sellers que vienen “volando” desde Estados Unidos. Especialmente, porque soy de la generación que se vio abrumada con la literatura de autoayuda y de la Nueva Era que, las más de las veces, resultaba ser un fiasco. Si son novelas normalmente no las leo, pero este es un libro de memorias. Yo, probablemente, no lo habría elegido (por ese mismo prejuicio), sin embargo ha sido lectura obligada en el Taller de lectura feminista al que asisto. Y he de decir que ha sido una buena elección.

Brigham Young University

Tara Westover nació en una pequeña ciudad rural de Idaho. Cerca de la falda de la montaña su padre abrió un desguace y su madre, una comadrona sin formación académica, terminó gestionando un próspero negocio de remedios naturales a base de plantas silvestres y de la inspiración de dios. Ambos eran fanáticos religiosos y, especialmente, el padre con algún tipo de trastorno mental.

Cambridge
Así que Tara creció en un paraje idílico con las condiciones de vida que cualquier niño desearía. Vivir en medio de la naturaleza, no asistir al colegio, no estudiar. Sin embargo, no fue nada idílico como la autora reconoce debido a la paranoia y el fundamentalismo religioso. Uno de los primeros rasgos de este fundamentalismo fue no escolarizar a los hijos e implicarlos en los negocios familiares. Tara desde muy pequeña empezó a trabajar en el desguace con sus hermanos y más tarde fue destinada a acompañar a su madre para aprender el oficio de matrona aficionada.


Tara habla también de la juventud de sus padres, antes de la radicalización y del ambiente en el que creció su madre. Un ambiente de clase media urbana y que no hacía presagiar el giro drástico que tomaría su vida por influencia de su marido.

Buck's Peak, Idaho
Con todo, esto no fue lo más traumático para Tara. Ni trabajar en el desguace con un loco para riesgo de su vida, ni la falta de escolarización y expectativas, ni exponerla imprudentemente a prácticas de curanderismo propias de otros tiempos. Lo que le resultó absolutamente insoportable fue la violencia que uno de sus hermanos mayores empezó a ejercer sobre ella. Una violencia que podía tener su origen también en un trastorno mental, aunque esto no sea una justificación.


¿Cómo salió de allí? Con la ayuda de otro de sus hermanos, con su amor por la música y con una gran voluntad para aprender en las condiciones más adversas. De allí fue a una universidad especializada en educación post-secundaria que equivaldría a estudios para el bachillerato. Y su gran talento y capacidad de esfuerzo le llevó, mediante becas, a Cambridge y Harvard.

Escutelaria. 
Este libro es importante por relatar la excepcional vida de Tara pero también lo es porque nos abre la ventana hacia la vida en una zona rural de Estados Unidos que habitualmente no sale en las películas. Una vida individualista y poco orientada al bien común; que crece desconfiando del poder, del conocimiento y de la educación que, sin duda, está inspirada por el diablo; dominada por el fanatismo, en este caso religioso pero podría ser de otro tipo; con un padre abusivo y trastornado mentalmente, con la apariencia de ser un hombre normal y una madre voluntariamente sumisa y ausente emocionalmente; una familia en la que cada hermano buscar salvarse individualmente. Pero también es una sociedad donde nadie se extraña de que los niños no estén escolarizados, no estén inscritos en el registro civil, no mantengan relaciones con niños de su edad. Una sociedad individualista donde no existe la responsabilidad con el semejante, ni la empatía con el prójimo. Donde los padres pueden ejercer derechos absolutos sobre los hijos y nadie tiene derecho a criticarles. En este sentido, una sociedad tan alejada de nuestras sociedades europeas. Un libro para descubrir el valor de la educación y para, según la autora, pedir ayuda y aprender a confiar.




Una educación 
Tara Westover

Traducción: Antonia Martín

Ed. Lumen

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