jueves, 31 de octubre de 2019

Cine: El crack cero de José Luis Garci (2019)


Reconozco que, frecuentemente, el cine de José Luis Garci me puede. Me resulta demasiado intenso, demasiado afectado, demasiado lento y demasiado emocional. Pero esta regla se rompe con la trilogía El crack. De alguna manera, en estas tres películas Garci consigue controlarse a sí mismo, dibujar unos personajes creíbles y humanos y, sobre todo, colocar a Madrid en el centro de la trama. La ciudad fotografiada como una dama nocturna y atrayente.


Recuerdo en los años 1980, el exitazo que tuvieron las dos primeras partes de esta trilogía y supongo que esta tercera no andará a la zaga. Para mí tiene, además de un buen guion y unas extraordinarias interpretaciones, el encanto de la nostalgia.

Conocemos en El crack cero al joven Germán Areta que acaba de abandonar la policía para establecerse por su cuenta y sabremos porqué se vuelve tan silencioso, porqué le gusta más oír que hablar; pues, porque en el silencio no se puede mentir. La acción se desarrolla con una estructura muy sencilla: Areta recibe un encargo, inicia la investigación y la mierda le salpica sin que pueda evitarlo, otra vez.


Tengo que decir también que el final es demasiado manido y que Garci y Javier Muñoz se lo tenían que haber currado más; que es un apaño en el guion que parece que se sostiene únicamente con pegamento. Vamos que no tiene ningún sentido. Y respecto a las interpretaciones, la que menos me ha gustado es la de Macarena Gómez que no consigue rezumar todo el veneno que lleva dentro. Pero el resto son magistrales, empezando por la maravillosa Luisa Gavasa y terminando con la breve aparición de Cayetana Guillén Cuervo. En medio de las dos, Patricia Vico que representa a la nueva mujer española de los años 1970, sus profundos ojos revelan el sufrimiento de un matrimonio insatisfactorio y el deseo por encontrar una vida más plena. Esas mujeres que empezaban a ser libres sin saberlo todavía.


Nada que objetar a Carlos Santos como Germán Areta joven; nada que añorar de la interpretación del gran Alfredo Landa, Carlos Santos sale airoso de las comparaciones. Este Areta joven tiene, lógicamente, una mayor vitalidad, pero ya muestra las características fundamentales de su personalidad amargada por las circunstancias pero sólida y acogedora aunque, también, implacable y con un alto sentido del deber moral.


Pero ya he dicho antes que la protagonista absoluta e inesperada es Madrid y sus sugerentes noches. Una ciudad en un blanco y negro luminoso y cautivador que podría sobreponerse y dejar atrás una época gris, invernal y dura cerrada, definitivamente, con la muerte de Franco. Es un Madrid local, pueblerino y castizo, con partidas de mus, gallinejas y chatos de vino; pero, por la autenticidad de sus personajes, se convierte en un Madrid universal e intemporal. Cine negro clásico. Imprescindible.


Dirección: José Luis Garci
Guion: José Luis Garci y Javier Muñoz
Fotografía: Luis Ángel Pérez
Música: Jesús Gluck
Intérpretes: Carlos Santos, Miguel Ángel Muñoz, Luisa Gavasa, Patricia Vico, Pedro Casablanc

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