jueves, 17 de octubre de 2019

Iglesias en la Hoya de Huesca. Verano 2019


La Hoya de Huesca es la zona intermedia entre el valle del Ebro y el Pirineo. Empieza con una llanura dedicada al cultivo de cereal y va ganando altura hasta llegar a la sierra de Guara. Es una comarca muy extensa pero, en esta ocasión, sólo me he dedicado a visitar el llamado reino de los Mallos.

Los Mallos de Agüero

Durante la Edad Media fue frontera entre los territorios cristianos y los musulmanes. La convivencia no fue fácil y ejemplo de ello es la arquitectura románica pensada con una finalidad militar y de defensa, tal y como sucede en el castillo de Loarre, utilizado también como monasterio y que se merece un post para él solo.

Guara, el gigante dormido

También es tierra de leyendas. Una de ellas explica la formación de la sierra de Guara. Gratal y Gabardiella eran dos gigantes que se amaban y que se unían a través de las montañas. Pero Gratal era viejo y Gabardón, el padre de Gabardiella, no aprobaba esta unión. Gabardón buscó a su amigo Guara, otro gigante, y le pidió ayuda para impedir este matrimonio. Así que Guara separó a los amantes con un golpe de su cayado, creando así el cauce del río Flumen en el que la desconsolada Gabardiella lloró la pérdida de Gratal. Gratal, aunque no pudo recuperar a su amada, se vengó y mató a Guara aprovechando que éste estaba dormido. Todavía se puede distinguir su silueta en la sierra.

Los ábsides de la Iglesia de Santiago. Agüero
Empezamos la visita en la Iglesia de Santiago de Agüero. Un edificio situado en un alto antes de llegar al pueblo y que quedó sin concluir o, mejor dicho, se terminó precipitadamente, como si se hubiese terminado el dinero y las cuadrillas de trabajadores experimentados hubieran dejado paso a otros más zaborreros. Se inició en la segunda mitad del siglo XII y tiene planta basilical con tres naves que terminan en ábsides semicirculares. Es en el ábside central, y tanto en la parte exterior como en la interior, donde se puede ver un friso de apenas 15 centímetros con escenas de la vida de Cristo y decoración vegetal. Una de ellas es especialmente sorprendente. Son las imágenes de los reyes magos, acostados en una cama y despertados por un ángel sonriente para que inicien el camino hacia Belén. En el exterior, parece existir una de las primeras representaciones del grial siendo bendecido por la mano de Dios omnipotente.

El altar mayor
Su construcción se ha relacionado con la Catedral de Santo Domingo de la Calzada; aunque posteriormente sería el Maestro de Agüero o maestro de San Juan de la Peña el encargado de las obras y la decoración, hasta que definitivamente se decidiese la finalización precipitada de la iglesia. Este templo también destaca por ser el que más marcas de cantero mantiene todavía. Y en el exterior de manera poco visible hay un pequeño relieve del diablo. En la portada también puede distinguirse, en un capitel, el músico y la bailarina lujuriosa. En las jambas de la puerta, dos monstruos acompañados por un hombre y una mujer, parecen significar la luz y la oscuridad y el tímpano está dedicado a la Adoración de los Reyes Magos.  

Detalles de los frisos interior y exterior


Si la iglesia se hubiese terminado hubiera tenido unas proporciones enormes para dar servicio al pueblo; por esto se cree que formaba parte de un monasterio que no se llegó a realizar para que los monjes de San Juan de la Peña se acercasen al valle del Ebro como nuevo centro de poder. Parece ser que en 1170, el abad de San Juan de la Peña que también se llamaba Juan fue destituido por el Papa, porque malbaratar los bienes de la iglesia y expulsado del reino de Aragón.

Detalle de la bailarina

Por otra parte, García Omedes piensa que quizá se tratase de edificar un monasterio suntuoso para que el rey Ramiro II el Monje se retirase, una vez traspasado el trono a su hija Petronila. Pero una vez muerto el rey, el conde Ramón Berenguer IV, esposo de Petronila, habría paralizado el proyecto (los catalanes, ya se sabe). También es posible que la reina Berta mandase construir esta iglesia para honrar y enterrar a su esposo, Pedro I; puesto que él le había concedido el Reino de los Mallos en caso de enviudar. El pueblo de Agüero está a los pies de los Mallos. Los mallos son preciosas e imponentes formaciones rocosas, verticales y con sus cimas redondeadas, que generalmente aparecen separados unos de otros.

Marcas de cantero

La segunda visita fue la Colegiata de Santa María la Mayor de Bolea. Sólo viendo su torre desde el pueblo se puede entender que fuese una zona fronteriza, puesto que su robustez da impresión de fortaleza inexpugnable. Bolea fue primero un asentamiento ibero posteriormente ocupado por los romanos y los árabes que la llamaron Buluya. Durante el siglo XI sufrió repetidos intentos de reconquista hasta que en el año 1101, el rey Pedro I de Aragón tuvo éxito. De la fortaleza árabe todavía quedan restos en el torreón y las murallas; pero la construcción actual del siglo XVI, se asienta sobre la primitiva iglesia románica de la que quedan restos en la cripta, que no pudimos visitar.

La torre de la Colegiata
Tiene planta de salón con tres naves y bóvedas estrelladas de crucería. En su interior destacan tres retablos de diferentes épocas y el órgano que ha sido recientemente restaurado. El retablo mayor de 1503 está dedicado a Nuestra Señora de la Asunción. Está compuesto de tablas pintadas al temple y de tallas en madera policromada; aunque su estructura es gótica, el estilo de las tablas puede enmarcarse en el primer renacimiento, con influencia flamenca en su colorido e italiana en el uso de la perspectiva y la iluminación.
Retablo de la Asunción y detalle



El retablo de San Vicente no fue recubierto con pan de oro y así su factura puede apreciarse mejor. Además yo lo prefiero sin tantos oropeles. Hay otro retablo también muy curioso. Se trata del de San Sebastián también de 1503. Se nos fijamos con detenimiento veremos que los rostros de todos los santos son muy parecidos. Es posible que el artista no tuviera más recursos y que copiase siempre los mismos modelos; otra teoría es que los comitentes del retablo encargaron expresamente que las pinturas y esculturas se pareciesen lo más posible a las del retablo principal.

Retablo de San Vicente y detalle de San Lorenzo


Retablo de San Sebastián
El retablo de Santiago se ha atribuido al taller de Damián Forment y actualmente parece que Gabriel Joli también intervino en su factura. La escultura central de Santiago es de alabastro policromado. Esto es lo que puede verse desde la Colegiata. No extraña, pues, su función militar puesto que puedes ver venir al enemigo incluso antes de que se haya puesto en marcha.

Retablo de Santiago
En Bolea se sigue poniendo en puertas y ventanas la flor del cardo o flor del sol para espantar a las brujas. En realidad se trata de entretenerlas, puesto que no pueden resistir la tentación de ponerse a contar sus espinas durante toda la noche hasta que vuelve a salir el sol y tienen que huir sin haber podido entrar en la casa.

La flor de cardo, como un sol

La última iglesia visitada fue la de San Esteban de Loarre. En su origen, el pueblo de Loarre se situó en la ladera junto al castillo y protegido por su propia muralla. Todavía queda la torre de su iglesia. Pero durante el siglo XVI, cuando se abandonó definitivamente el castillo la población se trasladó al Burgo de San Esteban cambiando su nombre por el de Loarre. El edificio actual es del siglo XVIII, aunque la torre es de la primitiva iglesia del siglo XVI, y tiene una única nave rectangular con cinco tramos. En sus contrafuertes se ubican las distintas capillas.

La torre
Conserva en una urna de cristal las tallas de San Pedro, que estuvo en la iglesia del mismo nombre del castillo, y de la Virgen, del siglo XII y que pertenecieron al castillo. La talla de la virgen ha sido restaurada. También guarda las reliquias de San Esteban y de San Demetrio; éste último es origen también de una leyenda.

Tallas y relicario
Se dice que unos cristianos trasladaban en una mula las reliquias de San Demetrio, martirizado en Serbia y que nadie quería darles aposento. Incluso los habitantes de Jaca cegaron al animal para que su camino fuese más tortuoso. Así que llegando a las proximidades de Loarre la mula tropezó en una mata de romero y cayó muerta. San Demetrio maldijo a la planta y por eso nunca volvió a crecer romero en la sierra de Loarre.

Pinturas
En la iglesia hay una capilla dedicada a San Demetrio con yesería profusamente barroca y muy difícil de restaurar. En la capilla gótica donde se conservan las reliquias hay unas pinturas en grisalla muy interesantes que narran la vida del santo y que se conservaron porque la capilla estuvo tapiada mucho tiempo. También el órgano ha sido recientemente restaurado. Hay que visitar la Hoya de Huesca.

Capilla de San Demetrio


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