jueves, 16 de enero de 2020

Ensayo: Tras las lentes de Isabel Coixet. Cine, compromiso y feminismo de Barbara Zecchi (coord) 2017


Isabel Coixet es, desde hace tiempo ya, una cineasta consagrada. Ha ganado cinco premios Goya, así que bien merecía un estudio profundo de su trabajo. Barbara Zecchi, catedrática de Cine y Estudios de Género de la Universidad de Massachusetss y especialista en teoría fílmica feminista se ha encargado de coordinar los textos que conforman este libro, Tras las lentes de Isabel Coixet. Cine, compromiso y feminismo. 

Barbara Zecchi
He de decir que este libro no es fácil de leer para un profano en teoría fílmica y, especialmente, en teoría fílmica feminista; pero, al mismo tiempo, da tanta información y tan sistematizada que es imprescindible tratar de entenderlo para después poder disfrutar mucho más del cine de Coixet. Además el libro cuenta con una abundante bibliografía y yo, especialmente, recomendaría que mientras se está leyendo se vuelvan a ver algunas de sus películas, sobre todo las más antiguas.

Isabel Coixet
El libro está dividido en cuatro partes. En la primera de ellas, aparece una panorámica general del cine de Coixet y, especialmente, se incide en su narrativa y en la incorporación de los diferentes sentidos, las texturas o los silencios al desarrollo de los guiones. La segunda parte hace un análisis más detallado de algunas de sus películas. La tercera está dedicada a los documentales y la cuarta, es la más personal, incluyendo entrevistas con la directora.

A los que aman (1998)

Una de las características del cine de Isabel Coixet que subraya este libro, es que huye de servidumbres nacionales. No sólo porque trate de internacionalizar su cine con el objetivo de poder venderlo mejor sino que sitúa a sus personajes en espacios ambiguos, que podrían situarse vagamente en el norte de Europa o de América, de manera que puedan ser descontextualizados. Así, aislándolos de sus diferentes ambientes, del espacio y también del tiempo, estos personajes pueden representar la universalidad y eternidad de los sentimientos y conflictos que quiere mostrar la directora.

Mi vida sin mi (2003)

Otra característica es el indudable compromiso con el feminismo y la adscripción de su cine al llamado Woman’s Film. Definido como género híbrido, traspasado por otros géneros pero que tiene como público prioritario a las mujeres y un genuino despliegue de subjetividades encarnadas en protagonistas femeninas con narraciones realizadas desde un punto de vista femenino y estrategias de resolución de conflictos puramente femeninas. Aunque no todas películas puedan responder a esta definición, sí que se acercan.

La vida secreta de las palabras (2005)

Yo he aprovechado la lectura del libro para volver a ver cuatro películas. A los que aman es la más lejana en el tiempo y que no recuerdo haber visto en el cine. Tampoco sé si es una adaptación libre de Las afinidades electivas de Goethe pero sí comparte una historia de amores entrecruzados, de amores no correspondidos que incluye el deseo como motor de la existencia abocada al dolor. La enfermedad también domina la narrativa de la película, quizá por la insatisfacción del propio deseo. Así, resulta muy adecuado situar la película en un escenario romántico, en el siglo XIX, cuando la vida transcurría más lentamente y ciertas clases sociales podían permitirse la melancolía como forma de vida. Paisajes sombríos inspirados en la pintura romántica.


En Mi vida sin mí el escenario es más actual pero indefinido, como comentaba antes, porque lo realmente importante es la determinación de la protagonista respecto a ciertas decisiones que tiene que tomar antes de morir. También aquí la enfermedad y la muerte son centrales pero enfrentarse sola a ellas, es la manera que tiene la protagonista de no perder el poder sobre su propia vida. Es una narración que está dominada por la lluvia.


Cuando estrenaron La vida secreta de las palabras recuerdo que me impactó profundamente por las torturas y violaciones que la protagonista había sufrido en un lugar indefinido de la Guerra de los Balcanes. Hoy que la he vuelto a ver me doy cuenta de que las secuelas sufridas por esa violencia son mucho más permanentes en el tiempo. En su nueva vida, la protagonista elige la privación sensorial. Tiene problemas de oído y consecuentemente prefiere desconectar su audífono cuando le conviene; se nutre con comidas repetitivas e insípidas; no levanta la vista para hablar con otros; utiliza para lavarse las manos un jabón sin aroma restregándose neuróticamente. 


Ha establecido una serie de rutinas para escapar de sus recuerdos y obsesiones. Sin embargo, el impulso vital vence a estas inercias y Hanna será capaz de volver a la vida. El primer paso para ello será trasladarse a una plataforma petrolífera habitada únicamente por hombres. Aunque es un escenario que debería recordarle al edificio en el que estuvo aislada y secuestrada con otras mujeres por combatientes de los Balcanes y utilizada allí como esclava sexual, se convierte en un escenario de superación.

Elegy (2008)

Elegy sin embargo es una película totalmente masculina pero donde se analizan las obsesiones masculinas desde un punto de vista femenino y yo creo que, como consecuencia de esto, el personaje central resulta incluso un poco patético. De esta película me ha interesado mucho la utilización de la música, mucho más presente en la primera parte, durante el enamoramiento de los protagonistas y que va desvaneciéndose poco a poco conforme se adivina la ruptura entre ellos. Con la desaparición de la música, la película se va volviendo más árida y creo que es un efecto especialmente buscado por la directora. Una reflexión sobre el deseo y la vejez.


Lo dicho: un libro de difícil lectura, pero imprescindible como libro de consulta.




Tras las lentes de Isabel Coixet
Cine, compromiso y feminismo

Barbara Zecchi (coord.)

Prensas Universitarias de Zaragoza

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