miércoles, 20 de enero de 2021

Cuentos: Nueve cuentos malvados de Margaret Atwood (2019)

 
La autora.-
Margaret Atwood es de sobra conocida. Es escritora, activista social y política, también ha sido profesora. Pertenece también a Amnistía Internacional y ha sido durante muchos años, y espero que algún día lo consiga, candidata al Premio Nobel. En 2008 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y años antes también había recibido el Premio Booker, por El asesino ciego. Es también la autora de El cuento de la criada, la distopía más famosa de principios del siglo XXI. Otras obras suyas son: Por último, el corazón, Nada se acaba, La maldición de Eva.

Mi opinión.-
Lo comento siempre que tengo que escribir sobre un libro de cuentos. No me gustan los libros de cuentos. En bastantes ocasiones no encuentro cual es el denominador común entre ellos y yo creo que deben de tenerlo y luego, cuando uno de los cuentos me gusta, me sabe a poco. En éste no ha sido así. El hilo conductor figura ya en el título. La maldad, la maldad humana. Pero tratada de un modo muy particular. Con mucha gracia, mucha ironía y mucha mala leche dirigidas, casi siempre, a la crítica de la masculinidad.

Los tres primeros Alphinlandia, El aparecido y La dama oscura tienen una clara conexión. Ofrecen la triple perspectiva de una relación amorosa. Cada uno de los protagonistas fue uno de los vértices del triángulo adulterino y expone, indirectamente, cómo ese suceso sigue repercutiendo en su vida pasados más de treinta años. Pero no se queda sólo en esto. Además, dos de los protagonistas son consumados escritores, dedicados a géneros distintos; con lo cual, la autora, aprovecha para despacharse a gusto sobre la impostura literaria, la preeminencia de unos géneros literarios sobre otros y sobre el oficio de escribir. Pura delicia.

En El aparecido, Él, Gavin, es un gran poeta que desprecia a las mujeres y, especialmente, a Constance, que fue la única mujer que le abandonó. Aunque después de una vida dedicada a la alta literatura descubre, poco antes de morir, que no suscita tanto interés en los estudios como creía. Descubre que, en realidad, los críticos prefieren estudiar la obra de Constance.

Constance, después de su ruptura con Gavin, dedicó su vida a la ciencia ficción y ha tenido mucho éxito en el gran público. Cosa que a Gavin le parece muy secundaria porque él prefiere un público más erudito al que tomarle el pelo. En Alphinlandia vemos la vida de Constance y cómo compatibilizó la creación de su mundo con sus tareas de esposa y madre. Y podemos imaginarla escribiendo a escondidas, en la mesa de su cocina, cuando los hijos pequeños ya se habían ido a la cama y el marido estaba viendo un partido de fútbol en la televisión.

Entonces creó un mundo completo y perfecto, donde cada cosa estaba en su sitio y en el que la gente malvada recibía su merecido. Un mundo alternativo para escapar de su realidad que, al final, resultó ser un mundo más real y gratificante que la vida misma. Ella era la diosa de ese mundo, la señora sobre la vida y la muerte. En La dama oscura, Jorrie, la causante de la ruptura entre Gavin y Constance, tiene que enfrentarse a ésta durante el entierro de Gavin. Allí saldarán cuentas y descubrirán que podrían haber sido amigas. Jorrie perdió su vida, en cuanto Gavin se cansó de ella y sólo tuvo como refugio la relación con su hermano gemelo.

Lusus Naturae rompe abruptamente con esta trilogía de cuentos estupendos. Y nos muestra la vida de una niña distinta. Una niña monstruosa a la que temer sólo porque es distinta, sin ningún otro motivo. Es el cuento que menos me ha gustado y es por lo que comentaba antes. No le veo la relación con el resto. El novio liofilizado y Sueño con Zenia, la de los colmillos rojo brillante son muestras de masculinidades ridiculizadas, pero con mucho cariño. La mano muerta te ama me ha parecido magistral. Es un ejercicio de literatura dentro de literatura en el que la autora vuelve a criticar la clasificación de la literatura por géneros. En este caso, una novela de serie B llega a convertirse en sucesivas versiones de películas de serie B, generando unos considerables ingresos para su autor. Ingresos que puntualmente debe de repartir con sus antiguos compañeros de piso que le sirvieron de inspiración para crear a sus personajes. En un momento determinado, el autor quiere terminar con esta situación de una manera sangrienta pero en lugar de eso se encuentra con unos carcamales y un viejo amor que no han podido olvidarle. Si en algún momento pudo vengarse de ellos, está claro que ya pasó esa oportunidad. Humor, fina ironía y savoir faire por parte de Atwood.

Colchón de piedra es el cuento más amargo. No hay lugar para el ridículo en él y sí para poner de manifiesto cómo hechos traumáticos siguen teniendo repercusión pasados los años. Pero también es una reescritura de la femme fatale

Y respecto a A la hoguera con los carcamales podría decir que podría tratarse de una distopía que tenemos a la vuelta de la esquina. Y eso hace que sea descorazonador. La violencia contra los seres no productivos, la falta de respeto y amor por aquéllos que suponen una carga y el egoísmo individualista pueden llegar a ser los signos característicos de una sociedad opulenta como la nuestra. Ahora que un nuevo virus ha hecho tambalearse a nivel mundial estas sociedades nuestras, tenemos una oportunidad para reflexionar sobre lo que es importante y lo que no. La literatura de Margaret Atwood es muy recomendable. Siempre, siempre.




Nueve cuentos malvados
Margaret Atwood

Trad. Victoria Alonso Blanco
Ed. Salamandra


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