jueves, 25 de octubre de 2012

Blancanieves, el cuento


¿Por qué ha habido tantas pelis de Blancanieves en tan poco tiempo? 

Nuestra principal tarea en este mundo es encontrarle sentido a la vida. Dice Bruno Bettelheim, en su libro “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”, que el niño encuentra ese sentido en los cuentos de hadas. Cuentos de hadas que repetidos, reinventados, versionados y decantados durante siglos, son leídos y releídos por niños y adultos en una espiral sin fin. Parece, entonces, que podríamos encontrar en los cuentos la manera de enfrentarnos a nuestros conflictos más íntimos. 

Un rey y una reina desean tener una hija y su deseo se cumple. A medida que la niña crece se consolida el triángulo amoroso: padre-hija-madre. Hasta que la madre, celosa, muestra sus deseos homicidas. 

El punto de partida de Blancanieves es terrorífico ¿no?, pero ya en las primeras versiones escritas empieza el proceso de dulcificación. La madre muere de parto y es la madrastra quien se encarga de amargarle la vida (y la muerte) a la pobre Blancanieves. Respecto al padre hay diferentes opciones: o muere o está sometido a la madrastra o impedido de alguna otra manera. En definitiva, es un padre ausente o débil.

Así el triángulo desaparece y comienza el combate entre las dos mujeres. En teoría, por un hombre; en realidad, por el poder. Bettelheim dice que Blancanieves y su madrastra simbolizan tanto los conflictos entre madre e hija como “las tendencias incompatibles dentro de una misma persona”.

El cuento sigue con el intento frustrado de homicidio, el abandono en el bosque y el encuentro con los enanitos; pero este inicio de vida independiente y adulta se trunca cuando el conflicto no resuelto del pasado vuelve en forma de manzana envenenada. 

El conflicto sexual latente entre las dos mujeres se manifiesta. Blancanieves es una adolescente fácil de tentar y esta vez la madrastra se encargará personalmente de ello (está visto que no puede confiar algo tan importante a un hombre). Sin embargo, no le hará falta matarla; la dejará paralizada en una preadolescencia eterna. Catatónica, enterrada en vida en un ataúd de cristal, será más fácilmente de controlar. Al menos eso cree la madrastra. En realidad para Bettelheim, “el sueño letárgico es un periodo de gestación que prepara para la madurez”.

Después llegará el príncipe y se fijará en una inmadura y catatónica Blancanieves ¿por qué? No lo sabremos nunca. Sólo sabemos que su intervención es crucial para que Blancanieves despierte. En el cuento original el príncipe no la besa; en las versiones más edulcoradas sí. En definitiva es lo mismo, Blancanieves renace a su nueva vida de adulta, gracias a la intervención del príncipe. Termina el cuento con la salvación por el amor, el castigo mortal a la madrastra y la felicidad eterna. 

Madres castradoras impidiendo el desarrollo de sus hijas, parece una explicación muy sexista y anticuada. Y el resto de enseñanzas que se me ocurre que podemos sacar de este cuento, tampoco me convencen nada:
- ¿completar nuestro desarrollo sexual a escondidas para no desafiar a la madrastra?
- ¿esperar inmóviles a que un príncipe nos rescate?

Pues eso, nada convincentes. En fin, que quería dar mi opinión aquí sobre la nueva peli, pero me he ido por las ramas. En mi próximo post: Blancanieves de Pablo Berger. Adelanto que el último plano es desasosegante. 


¿Qué diría la madrastra si hubiese podido escribir el cuento?


Psicoanálisis de los cuentos de hadas
Bruno Bettelheim
Ed. Crítica Grijalbo Mondadori

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