Sinopsis.-
Tal es una adolescente israelí de origen francés. No entiende cómo una persona puede envolverse en bombas y hacerse estallar en un bar o en un autobús, haciendo que la vida/muerte de los demás dependa de si han querido tomar un café o no o de si han tomado un autobús en lugar de un taxi. Un día lanza un mensaje en una botella al mar de Gaza, pidiendo explicaciones a quien lo recoja. Cinco jóvenes palestinos lo encuentran y uno de ellos le contestará.
Opinión.-
Es bueno que lleguen películas como ésta que se sale del circuito puramente comercial y que paradójicamente, aunque sean ficción, nos den aproximaciones de cómo se vive en realidad en un país agredido.
En las noticias habitualmente se habla de las grandes catástrofes o atentados o guerras, pero no queda espacio para la descripción de la violencia cotidiana constante, sostenida y desquiciante en un país sitiado.
La falta de preparación, de esperanza y de futuro de los jóvenes les hace vivir en una adolescencia perpetua, arrastrados por una rutina que pocos se atreven a romper. En esas circunstancias debe ser difícil enfrentarte y asumir la responsabilidad de tu vida. Deben ser necesarias dosis extra de motivación e ilusión para no dejarse arrastrar hacia la barbarie (porque si te tratan como un ratón y te obligan a vivir en una ratonera, lo lógico es que te conviertas en un ratón).
Cuando Naim, el joven palestino, contesta al mensaje no se imagina que eso cambiará su vida de la forma más inesperada. El hecho de ser tratado como un ser humano por el enemigo y establecer una mínima relación con él (ella en este caso) le supondrá no pocos problemas con los suyos, pero recibir un poco de aire a través del resquicio del email será una nueva vida.
El guion se hace previsible y peca de un exceso de buenismo; pero no hay que olvidar que Tal, la chica protagonista, tiene 17 años y empieza a enfrentarse a la vida real. No es una historia de amor adolescente, sino más bien de esperanza y de salvación individual. Y eso me parece lo más terrible, porque en un conflicto, como el palestino-israelí o israelo-palestino (sé muy bien con quien están mis simpatías, pero no vienen al caso), un conflicto tan enquistado, constantemente en tablas, en un juego diabólico de suma 0 donde nadie gana, parece que la única salvación que queda es la individual y esto duele decirlo, pero suena a traición a los tuyos.
Tanto actores como director, para mí, son desconocidos. Todos están muy acertados pero me ha parecido espléndida Hiyam Abbas, actriz y directora de cine árabe israelí, que desempeña el papel de madre del protagonista. Espero que vayáis a verla, yo os la recomiendo y no tardéis mucho porque con la prisa que llevan los estrenos no creo que dure mucho más en el cine.
Una botella en el mar de Gaza
Director: Thierry Binisti
Actores: Agathe Bonitzer, Hiyam Abbas y Mahmoud Shalaby
Coproducción: Francia, Canadá e Israel
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