jueves, 20 de octubre de 2016

Cine: El hombre de las mil caras de Alberto Rodríguez (2016)

Un juego de trileros, donde todos se sienten muy listos y donde todos engañan a todos, varias veces. Paesa sabía manejar ese juego con maestría, otros no tanto. 

La película está narrada por Jesús Camoes, interpretado por José Coronado de manera impecable. Un personaje ficticio, combinación de unos cuantos amigos/conocidos/parejas de juego de Paesa. Este narrador conoce parte de la trama y de los engaños de Paesa, pero no todos. Es un colaborador pero también víctima. En cualquier caso no puede evitar sentir fascinación por Paesa. Desde la admiración y una cierta ingenuidad cuenta lo poco que sabe de él, hasta dejarnos casi con más incógnitas que las que teníamos al entrar al cine.


Tengo que decir que la película me ha sabido a poco porque esperaba una orientación más biográfica, pero el director ha comentado que debía ceñirse a una historia y decidió elegir el caso Roldán.


Recuerdo en los años 1990 haber seguido las informaciones sobre Paesa hasta su supuesta muerte en Sierra Leona sin poder creer lo que decían. Salíamos de la dictadura de Franco y votamos al PSOE con mucha ilusión por un verdadero cambio para España. Pocos años después nos dimos cuenta que algunos miserables se habían apoderado del partido y lo habían utilizado en su propio beneficio. Entre ellos Roldán y Paesa.


Francisco Paesa era un individuo con cierto atractivo (poco, la verdad), con unas gafotas enormes y tristes y el cigarrillo en la comisura de los labios. Un espía, un conseguidor, un trilero. Nada parecido a Bond, James Bond, pero había intervenido en casos que requerían alguna habilidad especial y posiblemente turbia: la detención de la cúpula de ETA, la operación Sokoa, el GAL y Luis Roldán, sobre todo Luis Roldán.


Lo más chocante entonces fue lo que empezamos a conocer de ese mal que parece endémico en España: la corrupción y los corruptos (que por lo que se ve han creado una floreciente escuela que sigue entre nosotros). Ninguno de nosotros piensa que durante la dictadura no hubo corrupción, pero en la España del PSOE eso no debería haber pasado.


De la noche a la mañana, Luis Roldán el exdirector de la Guardia Civil, militante del Partido Socialista Obrero Español, de toda la vida (es decir, desde 1976 y estamos en 1993 y que antes de la muerte de Franco se había distinguido por delatar a sus compañeros de trabajo más rojos), un personaje que mentía en su currículum y se hacía pasar por ingeniero industrial y que tenía una cierta afición a dejarse fotografía en calzoncillos en las fiestas, se fugó antes de que los jueces ordenasen su detención por varios delitos relacionados con dinero público. Luis Roldán, al que primero llamaron Pelopincho porque era calvo y después el bebé porque no hacía más que llorar, no es que se simplemente se fugase, sino que se llevó 1500 millones de pesetas.


El incauto de Roldán, con talento y predisposición para robar pero no lo suficientemente inteligente para saber gestionar su botín en Suiza, había amasado esa fortuna a través de comisiones ilegales (lo mismo que ha hecho Francisco Correa, otro emprendedor, el que está siendo juzgado por la Gürtel, años después). Así que, una vez que tomó la decisión de huir, o tenía que recurrir a alguien para que le solucionase el problema o llevarse el dinero en maletines con lo incómodo que debe ser acarrear tanto peso en papel moneda (otros, como los hijos de Jordi Pujol, parece que han hecho músculo acarreando bolsas de ese tipo, pero era en Andorra que está un poco más cerca que Suiza).


A esta primera generación de corruptos todavía le faltaba algo de picardía y Francisco Paesa estaba allí para suplirla (el que roba a un ladrón…). Roldán terminó entregándose a la justicia española, cumplió 15 años de cárcel y una pequeña parte del dinero se recuperó. Se cree que Francisco Paesa le estafó y se quedó con el resto.

Trileros 
La película cuenta esta historia, a ritmo de thriller de timadores, con sus engaños e imposturas. con sus mentiras dichas con la rotundidad de verdades fundamentales y verdades tan extrañas que nadie se las podría creer. Llega un momento que sólo puedes preguntarte, cuándo el mentiroso dice que miente, ¿miente o dice la verdad? Paesa hacía pasar a delincuentes de poca monta como mafiosos internacionales, pero Roldán amenazaba con tirar de la manta con unos documentos de un maletín vacío. Timadores.


A Roldán le llegamos a conocer bastante bien. Sin embargo, Paesa sigue siendo un gran desconocido y todavía con capacidad para sorprendernos. Cuando se estrenó la película, para sorpresa de todos, Paesa concedió una entrevista a Vanity Fair. No contó nada nuevo, quizá porque no haya nada más que contar. Ahora vive en París, como un señor.


En la película, adaptación de una investigación periodística del mismo título, queda bastante claro que Paesa era un vendedor de humo un poco chapucero pero con mucha suerte, especialmente para rodearse de timadores un poco más tontos que él. A pesar de esto el director piensa que algo más tenía que haber (quizá su conocimiento real de las cloacas del estado), puesto que le favorecían demasiadas casualidades.


Todos los actores están fantásticos, especialmente, Carlos Santos que interpreta a Roldán. Al principio, combina su arrogancia con una profunda estupidez; se cree capaz de manejar la situación y es un pececillo en un mar de tiburones. Pero, a medida que pasa el tiempo y sobre todo en cuanto su mujer le deja, sólo tiene recursos para mostrar su fragilidad. Marta Etura interpreta a la mujer de Roldán. Un personaje que aporta toda la fortaleza e inteligencia que Roldán no tiene. Y por último, Eduard Fernández, está brillante embarcado en un personaje resbaladizo y oscuro, al que ha dotado con una picardía que no sabemos si tiene.



En esta película la ambientación y la fotografía, el frío y la lluvia en París y, especialmente, la banda sonora aportan el misterio y suspense necesarios para los que ya nos conocemos la historia. Muy recomendable. 
Paesa en Vanity Fair
Algo nuevo he aprendido: a Juan Alberto Belloch, ministro de Justicia e Interior en ese momento y después alcalde de Zaragoza, le llamaban el cochero de Drácula. Luis Roldán cumplió su condena y creo que sigue viviendo en Zaragoza discretamente. Durante su estancia en la cárcel estudió y se licenció en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED. 


Director: Alberto Rodríguez
Guion: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos sobre el libro de Manuel Cerdán
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Alex Catalán
Intérpretes: Eduard Fernández, José Coronado, Carlos Santos, Marta Etura, Emilio Gutiérrez Caba.

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