viernes, 24 de noviembre de 2017

Cine: La librería de Isabel Coixet (2017)

No podía dejar de ver La librería por dos razones principales. Una, me gusta mucho el cine de Isabel Coixet e intento no perderme sus películas y dos, mi sueño inalcanzable es algún día tener una librería. No me ha defraudado. 

La película es la adaptación de la novela del mismo título con tintes autobiográficos de Penelope Fitzgerald, escrita en 1976 y finalista del prestigioso Premio Booker. Coixet se ha esmerado en elaborar el guion a partir de esta novela y resulta, de alguna manera, también autobiográfica para la misma directora.



Florence Green, interpretada por Emily Mortimer, es una mujer viuda, todavía joven y atractiva, que se traslada a vivir a un pequeño pueblo de la costa inglesa, Hardborough. Con todo su esfuerzo y sus pocos ahorros decide abrir una librería en una vieja casa que ha comprado. Todo resulta muy natural, pero para un grupo de vecinos, las fuerzas vivas de la localidad, las cosas no deben de ser tan sencillas para una extraña. Así que empiezan una campaña sutil, viscosa y sibilina para destrozarle su sueño.


Y es aquí donde parece haber una similitud con los últimos meses de la vida de la directora en Cataluña. Parece ser que ha sufrido acoso porque sus ideas políticas no coinciden con las de la minoría independentista catalana. Esa minoría tan pacífica y tan ingeniosamente pasivo-agresiva.


Volviendo a la película, yo creo que se puede decir que es amargamente dulce, brillante dentro de su grisura y esperanzadora a pesar del fracaso de la librera. Todo ello con una fotografía espectacular y con unas interpretaciones muy solventes. Especialmente la interpretación de Bill Nighy, el señor Brundish, un caballero que siente que su vida en sociedad ha terminado y que lleva varios años refugiado en un caserón inhóspito rodeado de la maleza de su jardín y de la calidez de sus libros; pero que como un verdadero caballero inglés andante sigue dispuesto a arriesgar su vida por la dama en apuros.


También es de resaltar la interpretación de Patricia Clarkson. Violet Gamart es  la ricachona manipuladora y especialmente mediocre del pueblo, portadora de unos finos labios pintados de un rojo tan intenso que parecen una puñalada brutal y certera. Ella es la principal instigadora del acoso que sufre Florence. Y lo más incomprensible es que no la acosa por celos o por envidia o por necesidad; es pura maldad o lo que es peor, inercia y aburrimiento. Violet, por supuesto, sabe rodearse de quienes le van a facilitar la tarea y ellos constituyen esa galería de personajes podridos, superfluos y fracasados: el débil señor Gamart, el irónico y repulsivo señor North, su inoperante abogado y el banquero, señor CaraDePatata.



Cada uno pone su granito de arena para hacerle la vida imposible. Pero Florence es una mujer inteligente y, a pesar de su aparente fragilidad, demuestra una fuerza y un coraje que les sorprende. Al final, lo mejor que le podía pasar era dejar ese pueblo de gentuza repodrida, sobre todo porque su “heredera”, Christine, una niña adulta con una inteligencia abrumadora y autorretrato de la novelista, sabrá cómo poner a esa banda de acosadores en su sitio. Una película muy recomendable. 


Dirección y Guion: Isabel Coixet
Música: Alfonso de Vilallonga
Fotografía: Jean-Claude Larrieu
Intérpretes: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy, Honor Kneafsey, James Lance

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