jueves, 18 de agosto de 2022

Novela: Vastas emociones y pensamientos imperfectos de Rubem Fonseca (1988)

El autor.-
Rubem Fonseca escritor y guionista de cine brasileño, estudió Derecho y se especializó en derecho penal, pero antes de todo eso había trabajado como policía en Río de Janeiro hasta llegar a ser comisario. Con toda esa experiencia decidió dedicarse enteramente a la literatura a partir de 1965. Murió en 2020. En 2003 recibió el Premio Camoes. Otras obras suyas: El gran arte, Agosto, El seminarista. 

Mi opinión.-
Hoy Fomseca es un escritor de culto, admirado por Vargas Llosa o Thomas  Pynchon y quizá por eso a mí me ha resultado difícil de leer. Frecuentemente los escritores olvidan (o no les importa) para quienes escriben y parecen dedicarse a sí mismos (y a sus colegas) sus obras. No me parece mal pero, a veces, esa actitud puede rayar en la tomadura de pelo.

Esta novela me ha resultado confusa. Desde un punto de vista narrativo la acción se va complicando cada vez más y, además, más rápidamente. Resulta a ratos trepidante pero también plomiza. Existen varios hilos narrativos: la trama policíaca con sus robos, sus muertos y sus piedras preciosas; una crítica ensayo sobre la historia política de la URSS; la historia del diamante Florentino que llega hasta nuestros días; y con ellas, su protagonista. Un hombre obsesionado con la obra de Isaac Bábel, que sueña constantemente y acarrea la muerte de su mujer. Un hombre que padece un falso síndrome que le produce vértigos (con una metáfora de su vida); hermano de un telepredicador y conectado involuntariamente con algunos mafiosos.

Todos estos hilos tienen su sitio y explicación en la novela pero, al mismo tiempo, rompen (supongo que deliberadamente) el ritmo y que va saltando de novela negra y de gánsteres a casi novela histórica; y de novela picaresca y esperpéntica al realismo mágico y a la crónica de actualidad; pero también parece una novela de despertar, de crecimiento en la que luego el protagonista no crece porque, en realidad, la novela se desarrolla en círculos y su punto final se aproxima mucho a su punto de origen. Él está solo y acaba solo; sin dinero, sin película y sin manuscrito.

Si consideramos que está pensada principalmente como novela negra veremos cómo la parte esencial de su trama es el análisis de una sociedad (o de dos) y de sus tipos más marginales. La novela está ambientada en los años 1980 y es entonces cuando empiezan a surgir nuevas tendencias. Así en la sociedad brasileña además del carnaval o como su parte más novedosa surge el personaje del telepredicador que empieza a estar conectado con políticos de altura; en la sociedad alemana o más correctamente, en cualquier sociedad filosoviética se subraya la falta de libertades, el muro que separaba de Occidente y la represión a los intelectuales.

Al final, el título tan complicado me recuerda que todo puede pasar y que todo seguirá igual. Tal y como sucede en el mundo de los sueños. Es una novela inmensa, que forma parte de una literatura muy culta pero que, al mismo tiempo se nutre también de la cultura popular y el contexto sociopolítico. Es prolija en citas cinematográficas y literarias y por ello, en ocasiones, abruma. Pero hay que reconocer el mérito del autor al haber sabido aunar tantas tendencias y tan diferentes entre sí. Aun así no sé si recomendarla para todos los lectores por esa misma razón.


Vastas emociones y pensamientos imperfectos
Rubem Fonseca
Traducción de Mario Merlino
Editorial Thassàlia


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