lunes, 17 de septiembre de 2018

Exposición de pintura: El mundo de Giorgio de Chirico. CaixaForum Zaragoza


Giorgio de Chirico fue el creador de la pintura metafísica, en la década de 1910 y ejerció una gran influencia en el movimiento surrealista. Son unas pinturas inquietantes porque a pesar de tratarse de la representación en un espacio geométrico sin existencia humana, existe una gran vitalidad. Como si las personas que alguna vez hubiesen habitado ese espacio dejasen para siempre su energía y su impronta. A veces están presentes maniquíes con ciertos rasgos humanos. Surgieron de una visión o un sueño que el autor tuvo antes de la I Guerra Mundial.

Autorretrato 1960. de su etapa neobarroca

También desarrolló esta pintura metafísica en interiores. Los interiores metafísicos son bodegones geométricos, donde dominan las líneas rectas, los colores planos y las sombras. Pero nuevamente el color domina la escena y la dota de una gran fuerza. Son cuadros que representan cuadros situados cerca de una ventana y que despliegan toda su narrativa

Interior metafísico con óvalo negro c.1968 (firmado 1958)

Después de la I Guerra Mundial trabajó en un estilo más realista, neoclásica y neobarroca, pero sin perder su sello personal. Sin embargo, durante los años 1960-1970 fue cuando empezó a utilizar de nuevo la pintura metafísica. No sé si trató de recrear cuadros que se habían perdido o dar una nueva interpretación a esa pintura metafísica. El caso es que varias de las pinturas de esta exposición lo hacen constar en las cartelas. Por ejemplo, este Trovador  c.1972 (firmado 1938), un maniquí sin vida, pero con unas piernas claramente humanas. ¿Es una broma del autor o quiso retomar su primera inspiración que le ofreció muchos más éxitos que las posteriores?

Trovador

Otro ejemplo es Las máscaras de 1962, que reinterpreta un tema de 1918, Las musas inquietantes y que, como en Los arqueólogos, las figuras deshumanizadas parecen querer hablar y relacionarse. Se acercan y parece que susurran y se acarician. ¿No son más humanas que los humanos?


De Chirico fue también escultor. Y esta es la pieza que más me ha gustado de la exposición. Los arqueólogos de 1968, son dos hombres sentados en un sofá y que albergan en su regazo las ruinas de una ciudad. Claramente desproporcionados y con sus cabezas levemente inclinadas, dan la sensación de estar compartiendo pensamientos.




Existe otro de Chirico que se aleja de la pintura metafísica y reinventa otras tendencias, imitando o casi copiando a grandes maestros. No parece que sea el mismo pintor: la voluptuosidad de las náyades recuerda a Rubens o la placidez del paisaje copia claramente a Canaletto. ¿Sería un gran bromista?

Bañistas en la fuente o Náyades bañándose. Detalle


Venecia, isla de San Giorgio

Las sibilas. Pintura y escultura.


Estas dos piezas me parecieron una auténtica sublimación de lo kitsch, con esos pelucones y tantos drapeados. Sin embargo, no dejan de tener su encanto. Yo vi la exposición en CaixaForum Zaragoza, aunque ya no está disponible allí. El montaje simulaba una de las plazas metafísicas y fue un placer visitarla sin que hubiera nadie más. Era la atmósfera perfecta para los cuadros de de Chirico.





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