El autor.-
Juan Ramón Biedma es guionista y escritor de novela negra y
novela fantástica, principalmente. Ha trabajado también en la radio y ha sido
crítico de cine. Fue Premio Hammet en 2008 y Premio Valencia de Novela Negra en
2011 por Tus magníficos ojos … reeditada
en formato bolsillo con el título Londres
1891. Otras obras suyas: El humo en
la botella, La lluvia en la mazmorra, Antirresurección.
Mi opinión.-
Está novela podría ser descrita de muchas maneras (no sé si
eso es bueno o malo). Es policíaca con tintes de novela gótica y fantástica
también con toques macabros. También podría ser considerada una guía del
Londres de 1891. Aunque sería una guía para no visitar los lugares que
menciona. Todos ellos muy relacionados con los bajos fondos: tascas donde los
hombres se pelean hasta la muerte por el honor de sus amos, bandas de leprosos
que aterrorizan con su sola presencia, prostitución sórdida (más sórdida de lo
habitual, quiero decir).
Hasta hay un zoológico humano inspirado en el Jardín de
aclimatación de París que funcionó desde 1870 a 1930 y que exhibía a individuos
de los pueblos colonizados. Una actividad degradante, racista, suprematista;
una horrenda tradición que se remonta hasta la antigua Roma. No sólo eran
exhibidos como esclavos, sino también sometidos a experimentos científicos o
directamente vendidos para ejercer la prostitución. Cualquiera que no fuese hombre
blanco, adulto y con dinero era objeto de abuso en ese Londres cubierto siempre
por una niebla asesina.
Al principio pensé que esta novela era un pastiche dedicado
a las andanzas de Sherlock Holmes y el doctor Watson. Pero no ha sido así. En realidad,
yo creo que se trata de un pastiche que retrata el final de siglo londinense y
que la sordidez de los bajos fondos (pero muy bajos, muy bajos) es la verdadera
protagonista. La trama policial o de misterio sólo es una excusa para retratar
la miseria moral de estos personajes.
He preferido no investigar sobre las cárceles para niños a
finales del siglo XIX y sus condiciones de vida. Ni tampoco verificar si de
verdad existieron verdugas para ajusticiarles. Sólo pensarlo da escalofríos.
Así, en el pastiche se entrecruzan los ladrones de tumbas,
el espiritismo y la resurrección de los delincuentes, la fotografía como
vehículo para retratar el pensamiento y convocar a los muertos, el poder
patriarcal, el socialismo utópico, la fundación de los falansterios y el ya
mencionado zoo humano, junto con toda una variedad de delincuencia común organizada
bajo la férula de Moriarty. Un poco excesivo.
Y es que la novela resulta abrumadora en el número de
personajes. Cada uno de ellos tiene su correspondiente tara moral y sigue su
propia narración de los hechos aunque algunos de ellos van convergiendo en la
trama policial; una trama policial que, a medida de que se desarrolla la novela
va perdiendo interés y es sobrepasada por la descripción de los ambientes y
personajes más abyectos.
A mí me ha resultado un poco fatigosa por lo lenta que es, a
veces, y por lo excesivamente larga. Además, relacionar unos secuestros de
niñas con la fundación de un falansterio en Suiza chirría un poco, ¿no? No digo
más por no espoilear.
Tus
magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado
Juan
Ramón Biedma
Ed.
Lengua de trapo
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