El capitán Alatriste es un mito. De eso no cabe duda. Sólo a
un mito se le dedicaría un libro compuesto por varios ensayos, desde diversas
perspectivas y cada uno de ellos más interesante que el siguiente, y que ocupa aproximadamente
un total de 500 páginas. Y es que el capitán Alatriste da para mucho análisis.
Parece, a simple vista, un simple héroe de literatura
juvenil de aventuras. Pero con sus andanzas y tragedias, su serena y atractiva
figura y su ética tan particular, puede captar también para su causa, a los
adultos más inquietos. Así, Alatriste se pasea por una serie de novelas de capa
y espada, novela de aventuras e histórica, dando también un repaso a la
literatura más consagrada.
Alatriste es un héroe trágico, amargo. Tocado por las muchas
guerras y sus miserias pero también es un hombre culto, amante de las letras y
amigo de los escritores de su época, con cuyas obras reflexiona sobre la vida
que le ha tocado vivir. Alatriste también es un padre para Íñigo Balboa, el joven
adolescente que se cría con él y que, en su
madurez, escribirá las aventuras del llorado capitán Alatriste.
Este libro intenta desmitificar al héroe, pero lejos de
conseguirlo lo que alcanza es la remitificación de Alatriste como hombre cabal,
de carne y hueso, disciplinado, leal hasta la muerte y también cruel,
sanguinario e implacable cuando hace falta.
Me ha interesado mucho el ensayo de Marie-Thérèse García, de
la Universidad de Sud Toulon-Var, titulado Los
juegos de la reescritura en El oro del rey. Analiza cómo Pérez-Reverte
escribe a la manera barroca, cómo introduce al lector en los grandes y pequeños
autores del Barroco, haciendo gala de una gran erudición. Coloca, así, pistas
para los lectores más avezados; pistas que los lectores mediocres, como yo, no
seríamos capaces de captar. Como ya estoy avisada, tendré cuidado cuando lea El oro del rey, a ver si consigo
localizarlas.
También es muy interesante el artículo escrito por José Luis
Martín Nogales de la UNED-Pamplona y titulado Personajes singulares de El capitán Alatriste. En este artículo, el
autor resalta la casi total coincidencia de los nombres de algunos personajes
de la saga Alatriste con personas reales. Con escritores, amigos, conocidos y
algún que otro enemigo de Arturo Pérez-Reverte. Algo que también se me pasó por
alto.
Como siempre hay algo que reprochar, yo le pediría a Arturo
Pérez-Reverte que, para la próxima entrega, pergeñara un personaje de mujer
fuerte y culta, tan decidida como prudente, éticamente impecable e intelectualmente
insuperable que, me temo, debería ser encarnada por una monja. Porque, me
parece, que los personajes femeninos de todos los libros de Pérez-Reverte caen
en el mismo arquetipo. Una mujer fatal, de ojos embrujadores y de piernas
larguísimas, a veces, enfundadas en vaqueros carísimos y que, tarde o temprano,
acaban siendo la perdición de algún hombre. Podría, por una vez, huir de ese
arquetipo que en la saga Alatriste está representado por Angélica de Alquézar
y, de alguna manera también, por María de Castro.
Aparte de un mito, Alatriste ya es un clásico no sólo porque
merezca estudios interdisciplinares, o todo un Congreso Internacional en el año
2007, sino porque sirve para explicar el presente desde la lejanía del siglo
XVII.
Con este tipo de libros te das cuenta de que el trabajo
literario no empieza por sentarse frente a un ordenador a esperar a la musa.
Muchas horas de dedicación son necesarias para crear un libro de la nada; así
que para crear una saga de siete títulos muchas más. Espero que el autor nos
regale pronto una nueva entrega de Alatriste. Mientras tanto todavía tengo
alguno por leer y todos por releer. Hasta ahora, el que más me ha gustado ha
sido Corsarios de Levante que en este
libro que estoy comentando también ha merecido una dedicación especial. Lo
dicho, esperando una nueva entrega.
Alatriste.
La sombra del héroe
José Belmonte y J.M. López de Abiada (coordinadores).
Alfaguara
Viggo Mortensen como Alatriste |
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