El autor.-
Leonardo Padura, ensayista y escritor de ficción. También
periodista. Hispano-cubano. Ha recibido muchos premios de novela negra y
también el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza en 2014
y el Princesa de Asturias de las Letras en 2015. Otras novelas suyas son: La
novela de mi vida, El hombre que amaba a los perros. De la serie de Mario
Conde: Herejes, Adiós Hemingway y la tetralogía de las Cuatro Estaciones.
Mi opinión.-
Es el segundo libro que leo de Leonardo Padura; los dos son novelas negras protagonizadas por Mario Conde. Aunque las tramas de las dos
novelas están separadas por varios años, Conde, en La cola de la serpiente, ya es un hombre melancólico que recuerda
sus primeros años en la universidad y sus primeros amores. También se siente
frustrado por la corrupción y el arribismo que campan a sus anchas por Cuba, pero en ningún momento se le pasa por la cabeza abandonar; herido
de muerte por las mujeres que no le quieren y por la literatura. Todavía no ha
dejado la policía (en La neblina del ayer,
el primer libro que leí de la serie, ya trabajaba de detective privado y era un
bibliófilo letraherido), pero creo que le falta poco para hacerlo. En fin, que
la melancolía que parecía cosa de la edad, en realidad le viene de serie.
Mario Conde es un héroe trágico que ve lo que va a suceder
un poco antes de que suceda pero que nunca puede adelantarse y curarse en
salud. Padura le obliga aceptar su destino.
Esta es una novela donde el protagonista principal es el
desarraigo y la aparente inserción de los inmigrantes en una nueva sociedad. La emigración china
de principios del siglo XX a Cuba ya sufría abusos y tropelías por parte de los
traficantes (aunque entonces no se llamaban así), era explotada también ocupando los
peores trabajos y también rechazada por la población de acogida. Al final todos
terminaban en el barrio chino y aunque había incluso matrimonios mixtos, la
integración no era total. En el desarraigo se mezclaban los ritos y las
costumbres chinas con los de las religiones atávicas africanas y
se fortalecían los lazos personales, tanto para el delito como para la
supervivencia. En esta novela, el muerto es un chino, Pedro Cuang, y eso le sirve a Padura para
introducirnos en el Barrio Chino de La Habana y en toda la nostalgia y
melancolía de una generación de inmigrantes como Juan Chion y Francisco Chiú, que
va desapareciendo.
Tengo que reconocer que esos héroes trágicos me atraen, por su rebelión ante la vida que les toca y por su esperanza en que las cosas cambien, aunque claramente se vea que no es así. Sin
embargo, poniéndome las gafas violeta, tengo que decir que, estos héroes mantienen actitudes hacia las mujeres intolerables. Mario Conde tiene una verdadera obsesión por los traseros de las
mulatas; y además, está deseando templarse (follarse) a una mulata chino-africana. Y mira
tú por donde que tiene la oportunidad de hacerlo, porque tiene compañera policía que casualmente es chino-africana y tiene un trasero muy competente. Y además es hija de
Chion y ahijada de Chiú y le pide que investigue el asesinato de Pedro Cuang.
Todos pensaréis que Mario Conde, al final, va a cumplir su sueño de templarse a
la chino-africana; pero no será así, porque es Patricia, la chino-africana, la que se templa a Mario
Conde. La novela no pasa el Test de Bechdel.
Algo más que anima a leer esta novela corta son las múltiples
referencias a otras novelas de Mario Conde, con lo cual la puedes utilizarla para
seguir las andanzas del policía detective bibliófilo y su obsesión por los
culos caribeños. Recomendable, aunque La
neblina del ayer es mucho mejor.
La cola de la serpiente
Leonardo Padura
Ed. Tusquets