Procuro no perderme ninguna adaptación de Frankenstein, la novela de Mary Shelley.
Esta vez le ha tocado el turno a un ballet. No sé por qué me había hecho la
idea de que la coreografía sería más de danza contemporánea, más agresiva y
desesperanzada, pero no. Evidentemente la obra sigue siendo un drama, una tragedia pero queda embellecida en puro ballet clásico.
Liam Scarlett ha sido el coreógrafo y ha preferido la narración lineal, fiel al texto de la escritora. La historia comienza felizmente para Elizabeth, joven
huérfana adoptada por la familia Frankenstein. Después, ya como adulta está interpretada
por Laura Morera, española, primera bailarina del Royal Ballet. Evidentemente
Elizabeth y Frankenstein se enamoran desde niños. El joven Frankenstein,
interpretado por Federico Bonelli, pierde a su madre poco antes de ir a
estudiar medicina. Y su única obsesión a partir de entonces será devolver la
vida a los muertos a través de un nuevo invento, la electricidad. Como colofón a sus experimentos, "nace" La Criatura,
interpretado por Steven McRae. Ha nacido de la muerte y eso es desafiar a Dios;
pero Frankenstein sólo piensa en la posibilidad de devolver a la vida a su madre, ni siquiera el amor de Elizabeth es
suficiente. Además, para subrayar todavía más su egoísmo y su locura, Frankenstein abandonará a su inocente Criatura, en un mundo que no conoce
y que le desprecia.
Frankenstein pasará varios años sumido en una profunda depresión por sentirse
frustrado y a la vez culpable de la existencia de la Criatura, hasta que un día un nuevo golpe
sacude a su familia y Frankenstein intuye que esta nueva desgracia también es
obra suya. La Criatura ha reaparecido, alimentada por el odio y la venganza
hacia su creador, aquél que le abandonó a su suerte. El día de la boda de Frankenstein
y Elizabeth todo terminará por fin.
Este es el desarrollo del ballet. El coreógrafo ha optado
por la interpretación más clásica de la historia. Apenas se ha centrado en el
sufrimiento de la Criatura, que es lo que más me atrae a mí. Un desarrollo
tradicional, desde la felicidad a la muerte que, como obra clásica, ha tenido
muchas interpretaciones. Mary Shelley escribió el libro en 1816; este año ha cumplido 200 años. En el hemisferio norte, fue un año sin verano, oscuro y desapacible,
y en Suiza, podíamos decir que en una oscura y tormentosa noche surgió el germen de este libro del que hay tres versiones. La primera
de 1817 debida enteramente a Mary, después en 1818 Percy Bhysse Shelley preparó
una edición corregida y ya en 1831, Mary reescribió completamente el libro.
En esta producción los escenarios y el vestuario son muy
elegantes, del siglo XIX. El aula de la universidad es perfecta y el nacimiento
de la Criatura te deja pegado al asiento. Una historia romántica y muy intensa,
en la que la Criatura sale perdiendo (incluso tiene poco protagonismo en el
ballet), sigue siendo el monstruo que quiere destruir todo en lugar de ser
visto como el monstruo destruido por el engreimiento y la imprudencia de
Frankenstein.
Frankenstein (Federico Bonelli) es el absoluto protagonista
en esta versión mientras que Elizabeth (Laura Morera) y la Criatura (Steven
McRae) acaban supeditados a él, sin poder desarrollar su propia personalidad y
sus emociones.
Vi la retransmisión en directo desde el Royal Ballet de
Londres en un cine de mi ciudad. Y está muy bien porque en los entreactos
pudimos escuchar entrevistas con el director de orquesta y el compositor de la
música. Muy pedagógico e interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deja tu comentario