lunes, 1 de julio de 2019

Novela: Que se levanten los muertos de Fred Vargas (1995)

La autora.-
Fred Vargas es una reputada escritora francesa de novela policíaca, arqueozoóloga e historiadora; también es destacada ecologista. Tiene dos series policíacas principales; la primera protagonizada por el comisario Adamsberg y otra por los tres evangelistas, historiadores que se dedican a desvelar misterios.
También escribe ensayos de su especialidad profesional con su verdadero nombre, aunque ninguno de ellos ha sido publicado aquí: Frédérique Audoin-Rouzeau. Trilogía de los tres evangelistas: Que se levanten los muertos, Más allá a la derecha y Sin hogar ni lugar. Es Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018. 

Mi opinión.-
Empiezo este verano la trilogía de los tres evangelistas y no sé por qué creo que me va a gustar más que la serie del comisario Adamsberg (aquí mi reseña sobre L’homme à l’envers).

En el jardín de Sofía aparece plantada un haya.
Los tres evangelistas son treintañeros licenciados en historia, que apenas se conocen pero están pasando por una mala racha: laboral, emocional y económica. Así que deciden compartir un caserón en mal estado, la baraque pourrie, a cambio de un alquiler módico y de ocuparse de las reparaciones necesarias para hacerlo habitable. Ocuparán un piso cada uno, en orden cronológico y, además, en la última planta se instalará Armand Vandoosler, expolicía, tío y padrino de uno de ellos y que es el encargado de bautizarles como los tres evangelistas.

Los tres evangelistas viven en París.

Mathias Delamarre es especialista en prehistoria y como el hombre prehistórico le gusta ir desnudo. Es el cazador-recolector de movimientos rápidos y siempre al acecho. Un hombre de pocas palabras, más intuición y emoción que razón. Es rubio, es alto, es fuerte. Marc Vandoosler es el especialista en la Edad Media. Es un caballero andante. Delgado, de estatura media y, a menudo, es vencido por sus propios impulsos. Mantiene unas relaciones tensas con su tío y padrino. Lucien Devernois es el historiador de la I Guerra Mundial por eso los otros no le consideran un verdadero historiador, sino un cronista. Viste siempre de traje y corbata y tiene pinta de ser un poco relamido. Es la eficacia tecnológica y militar; es la precisión pero demasiado idealista. Y, además, parece que es un retrato un poco fraternocruel del hermano de la autora.

La baraque pourrie donde viven los tres evangelistas podría parecerse a ésta.

Esta primera novela sirve de presentación de los evangelistas y sus diferentes personalidades y modos de analizar la realidad que se complementarán para resolver los casos. No todos tendrán el mismo protagonismo. En Que se levanten los muertos Marc Vandoosler llevará las riendas de la investigación según lo que él mismo llama la tectónica de los pensamientos. Deslizamientos, choques, separaciones bruscas, su mente es un caos que, en un momento determinado, encuentra su sentido y la resolución del caso. Pero hasta que eso llega no puede evitar ese bullir de su pensamiento. Lucien es más pragmático y sabe desconectar y Mathias es la calma por encima del caos.


Los tres evangelistas y el expolicía inmersos en su momento de cambio tendrán también que hacer frente al problema que su vecina Sofía les plantea. Al fin y al cabo, investigar la historia es su trabajo. De la desaparición de Sofía, surgirán nuevos asesinatos que remiten a un pasado próximo lleno de celos, envidia y venganza.


Más que novela negra se trata de novela policíaca o quizá más bien entraría en la clasificación de novela enigma. Planteado un misterio y presentados los intervinientes queda para el lector el desafío de adivinar qué y por qué ha ocurrido. Yo casi lo consigo.


Es una novela muy bien trabada y elegante y me gustaría que se adaptase a cine o televisión como ha ocurrido con algunas novelas del comisario Adamsberg. Pero tengo que comentar que la traducción no me ha parecido buena. No estoy segura pero creo que se llama loísmo cuando se utiliza el pronombre lo en lugar de le, confundiendo el objeto directo con el indirecto. He encontrado muchos ejemplos de esto en la novela y me ha resultado muy molesto. Creo que una editorial como Siruela debería poner atención en estos detalles. A Mathias lo disgustaba… (pg. 55); Lo divertía (62); … al gordo Georges no se lo veía mucho (118); ¿Puedo ayudarlo en algo? (127). Y así bastantes más. Espero que las otras dos novelas tengan una traducción más cuidada. 




Que se levanten los muertos
Fred Vargas

Trad. Helena del Amo

Ed. Siruela 

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